Por Lourdes Molinos Ibáñez.
El escenario del duelo
El duelo, un viaje hacia dentro (conmigo), un viaje hacia afuera (con los otros, con la vida)
Todo requiere su tiempo. Sabemos que toda pérdida importante tiene un duelo, ese tiempo de adaptación a la ausencia de quien es importante en nuestra vida, un tiempo lleno de giros, vueltas, subidas y bajadas, que compromete a la persona de una forma global: física, emocional, psicológica, comportamental, relacional y espiritual o transpersonalmente. Sabemos también que hay como un mapa del duelo, que vemos en los grupos, una aproximación a los diferentes momentos o fases por los que pasamos las personas, cada una a su manera, pero que de una forma universal son parte del camino del duelo.
Influirán en este tiempo de duelo el vínculo que teníamos con esa persona, lo que representaba en nuestra vida, la relación que teníamos con ella (ambivalencia, el tejido de las relaciones humanas: la imperfección etc.), y otros factores como son: las circunstancias de la muerte (muerte repentina, fallecimiento tras una larga enfermedad, etc.); los aspectos personales internos de cada doliente y de su historia vital (lo que hemos vivido, otras pérdidas, heridas del pasado); el apoyo que recibimos de nuestro entorno (familiar y social) y si hay otras crisis o problemas que están sucediendo a la vez; todo esto influye en la elaboración del duelo y marca la cantidad de estrés que hemos de sostener (el duelo siempre tiene un grado de estrés) y la capacidad de respuesta con la que cuento.
Es importante matizar esto porque hay personas cuyo duelo es reciente y al principio, con sobrevivir ya es mucho, y con poder afrontar cada día el torrente de pensamientos, emociones y sensaciones (contradictorias muchas veces) junto con obligaciones prácticas, ya es una labor heroica… quizás ahora ni tan siquiera aparezca esta idea de qué pasa con el amor. Sin embargo, está ahí, y si duele tanto y si nos afecta tanto es porque se ama, es porque acaba de romperse un vínculo que era parte de mi vida, de lo esencial de mi vida y me ha dejado “al aire” … ¿ahora qué? …